Torre de Babel

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viernes, 30 de mayo de 2014

12 maneras de mejorar la cualidad de tu traducción


Por Danilo Nogueira and Kelli Semolini

Según los famosos traductores brasileños Danilo Nogueira y Keli Semolini, existe 12 maneras de mejorar una traducción, ya que sirva para un traductor profesional o un estudiante, hemos pensando que la visión de dos profesionales de la traducción podría ser interesante e instructivo para complementar nuestros conocimientos de la traducción y que errores o costumbres se pueden mejorar.


Evitar la adaptación

Aquí  aconsejan repasar  cada frase una por una antes de publicar o entregar un trabajo.  Pero sobre todo hay que empezar la traducción traduciendo frase por frase como si la traducción fuera instantánea.


Guardar una lista de “tus errores favoritos”

Palabras como “principio” o “principal” pueden engañar al traductor. A eso le llamamos falsos amigos. Si a lo largo de tu traducción ya te ocurrió que te confundieras con tal o tal palabra, mejor que guardes una lista  de tus “errores favoritos”, con todas las palabras susceptibles de crear confusión o error y así ya no las repetirás tanto.


Comprueba  siempre si tu ortografía y gramática son correctas

Siempre tienes que comprobar si tu ortografía o gramática son correctas. Aunque pienses que lo son, tienes que comprobarlo, incluso si redactas tus traducciones en el ordenar, una falta de gramática, de acento no siempre está señalada, así que coge una gramática  y un libro de ortografía, compruébalo antes de darlo por hecho. Incluso tienes métodos en el ordenador que encontraros en el menú de instrumentos.

Cumple con los requisitos de  tipografía y puntuación de la lengua meta

Muchas lenguas tienen requisitos de tipografía y convenciones de puntuación que no siempre están de acuerdo con la lengua materna y que difieren. Muchos de nosotros olvidamos  esto e imponemos reglas de idioma nuestro origen que no son válidas para la lengua de llegada.
Por ejemplo en francés se pone una mayúscula a los gentilicios, en cambio en español no.
Es el trabajo del traductor comprobar que todo concuerde y que se adapte para que se retoque lo menos posible a lo hora de entregar una traducción. El traductor debe ser fiel y aunque parezca detalles no lo son, porque pertenece a cultura del país.

Nunca uses el “corrector automático”

Puede ser un gran fallo y error. Un ordenar no es una persona. No detectara todos los errores porque no conoce las reglas y las sabe aplicar igual que usted. Controla de manera más atenta y en caso de duda consulte un diccionario o gramática.


No dejes que un idioma domine otro

Durante el proceso de traducción, no tienes que dejar que una lengua predomine sobre la otra. En realidad se trata de una tensión, un vínculo incesante entre ambas lenguas. Un juego que el traductor tiene que saber manejar para que no influye demasiado la lengua de origen ni tampoco la lengua de llegada.

Cuando la lengua de origen gana

A veces es inevitable, un idioma predomina, y cuando el que predomina es la lengua de origen, no siempre estamos siendo fieles.
A veces el texto es libre de errores de gramática, pero usted puede ver que esto no es el verdadero problema. Es correcto a nivel gramático, pero se lee de manera natural. Esto hace la tarea del redactor mucho más difícil, porque es imposible de demostrar que el texto necesita un cambio. Es más una cuestión de estilo.
Una Buena solucion a este problea, es ller su trabajo o traduccion en voz alta, varias veces para asegurarse o comprobar que el texto no parezca falso o que suene demasiado traducido. Incluso lo podemos leer a otra persona para ver si no le choca demasiado.


Cuando la lengua meta gana

Sin embargo, es preferible que el estilo sea más fiel a la lengua de llegada al hecho de leerse con naturalidad. Lo que en francés se llama “la belle-infidèle” preferir un texto con sentido mejor que con un estilo totalmente apropiado a la lengua meta.
El único modo de determinar si una traducción es verdaderamente fiel a la lengua de origen es comparándolas.  En general, un traductor suele funcionar de dos formas : o lee primero el texto, para comprobar si alcanzo su objetivo, para comprobar su fidelidad y luego si fluye bien. Otros lo hacen al revés, primero comprueban si fluye bien y luego se dedican a la fidelidad del texto lo que no siempre es un buen método, porque habrá a la hora de entregar su trabajar que corregir muchas formas.
Pero independientemente de lo que el traductor elije, si fidelidad o estilo, lo primordial es atenerse a ello porque si no el trabajo nunca acaba y será del todo claro.


Conoce a los falsos amigos

Se parece a una regla que ya mencionamos anteriormente, como lo de escribir una lista con los falsos amigos. Pero no solo los falsos amigos, si no los errores que vuelven a menudo, un empleo de modo en una determinada estructura etc… Para evitar los errores hay que controlarlos, conocerlos y casi dominarlos, así cada vez habrá menos.
Hay que conocerlo los falsos amigos y en caso de duda nunca emplear dicha palabra, porque esto desgraciadamente, delata a un traductor poco eficaz.

Se preciso

La precisión es una gran virtud del traductor, pero a menudo buscamos la precisión en sustantivos y verbos, mientras que lo que ocurre es que esta precisión se detenga  en adjetivos y adverbios por ejemplo. Los adjetivos y adverbios son las palabras claves por excelencia, las pequeñas palabras que ajustan) nuestros pensamientos. Hace años, un editor brasileño confió a un profesor de colegio local la traducción de un libro de ciencia para el gran público. Porque al traductor no le gustó lo que él leyó, porque aunque los sustantivos y verbos estaban correctamente traducidos, los  adjetivos y los adverbios casi siempre estaban mal traducidos.
Hay que intentar en la medida de lo posible dar una traducción precisa de un verbo, un sustantivo y no caer siempre en la aproximación.

No caiga en las trampas de las preposiciones

Es gracioso ver cuántas veces los traductores caen en esa trampa de las preposiciones.  Lo que hace que sea un error muy recurrente es quizás la falta de intereses o de conocimiento acerca de las preposiciones. En general una preposición no viene sola, a menudo viene regida por un verbo, o en una estructura léxica fijada por la lengua. Entonces el traductor solo traduce el verbo y luego la preposición o la palabra clave de la locución y deja de lado el significado de la preposición. Para no caer en esa trampa hay que identificar primero si se considera como locución o si realmente son palabras sueltas.

Compruebe los encabezamientos y los pies de páginas

Cuando se trata de una traducción hecha por ordenador, hay que fijarse muy bien en el tipo de documento en que viene el texto que traducir y respetar las normas del texto. Ser fiel a un encabezamiento, a un pie de página, alinear correctamente un texto, porque incluso puede eliminar palabras. Son detalles que al final demuestran quién es un traductor minucioso y quién no sobre en el mundo laboral de la tradccion, un cliente puede fijarse en estos detalles que al final no lo son y quedar muy insatisfecho.

Controle la ortografía y gramática una vez más

Antes de la entrega del trabajo, controle la ortografía y el corrector gramatical una vez más, solo por seguridad. Nunca lo repetiremos bastante pero es fundamental y siempre se escapa un error, por eso hay que comprobarlo dos incluso tres veces, haciendo pausas y volviendo porque a veces llega momentos en que ya no vemos nuestros errores.

Haga comprobar su trabajo por una persona ajena, por otro par de ojos

Si usted trabaja para una agencia, es muy probable que su trabajo sea comprobado por un redactor. Si usted trabaja para un cliente final, usted debería pedir que alguien más lea su trabajo. Igual que si es usted estudiante, que un profesor, un compañero de confianza compruebe su trabajo, un segundo par de ojos encontrará el error y podrá mejorar su trabajo, lo que puede hacer una gran diferencia. Pero hay que estar preparado: ningún traductor es un héroe.


Fuente bibliográfica : 
  

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