ENTREVISTA
1. Tú has sido estudiante de traducción y ahora te dedicas a
la docencia, ¿de qué cosas te diste cuenta al cambiar de bando?
Fui estudiante de Filología Anglogermánica. Sobre todo para
mí el cambio más sustancial fue ver que tenía que impartir una docencia
totalmente práctica y vinculada al mercado laboral. En traducción, más que en
Filología, la teoría está muy separada de la práctica, y eso es un problema
para la disciplina.
2. ¿Ves muchas diferencias entre las inquietudes que tenías
tú cuando eras estudiante y las que tienen ahora tus alumnos?
No. Ahora quizás hay más frustración, más pesimismo, y más
ganas de salir al extranjero que en mi época.
3. Muchos estudiantes critican que en la Universidad hay muy
pocos profesionales y que tienen pocos profesores que se dediquen realmente a
la traducción, ¿es muy difícil pasar del mundo profesional al mundo académico?,
¿con qué trabas se encuentra un profesional?
Sí, es difícil. La universidad exige pasar por un baremo
para poder entrar a ser profesor. Este baremo da importancia a cosas propias de
la universidad, y no tanto a la experiencia profesional. Solamente se prima la
experiencia profesional en las plazas de asociado, aquellas que se remuneran
muy por debajo de un sueldo digno. Por esa razón, los profesionales pierden la
ilusión: solamente pueden optar a plazas de asociado y estas plazas no pasan de
600 euros al mes, con lo que no pueden dedicarse a la universidad y tienen que
seguir trabajando. Al final, la mayoría se dejan la universidad. Para las otras
plazas, las que están mejor remuneradas (ayudante, 1000 euros al mes) se exige
otro perfil, más de investigación, estar escribiendo la tesis doctoral,
presentar comunicaciones a congresos, obtener becas, escribir artículos, es
decir, el perfil clásico de los universitarios.
4. Muchos traductores tienen esta doble vocación: la de
traducir y la de enseñar. ¿Cómo explicarías tú, de acuerdo con tu propia
experiencia, esta dualidad?
Para mí es absolutamente necesario seguir traduciendo para
dar clase en el Grado de Traducción, o en un máster. Solamente estar en activo
te permite no engañar a los estudiantes, contarles realmente cómo se mueve el
mercado, por dónde van las tendencias, qué se pide a un profesional, etc. En el
caso de nuestra carrera, un buen profesor de traducción es aquel que traduce de
forma esporádica para estar en contacto directo con el mercado, e investiga en
su especialidad (congresos, artículos, proyectos, etc.)
5. ¿Qué piensas de la iniciativa AETI por parte de los
estudiantes?
Es una iniciativa necesaria y muy importante para que los
estudiantes se sientan acogidos, crucen información con otros estudiantes de
otras facultades y vean así qué tiene de bueno y de malo su grado, y para crear
conciencia colectiva del cuerpo de traductores.
6. ¿Qué recomendación general le darías a un estudiante de
traducción que esté desilusionado con su futuro profesional?
Bueno, esto siempre ha sido un problema, pero hoy en día es
aún peor. Yo siempre digo en clase que hay que perseverar, y que a nadie nos
van a llamar a casa para que traduzcamos: enviar CVs hoy en día ya no tiene
sentido, hay que ir en persona a las empresas, concertar visitas, ofrecerse a
hacer una prueba, no parar de visitar estudios de doblaje y subtitulación (en
mi especialidad), ir a otras ciudades con mercado de traducción, llamar
físicamente a todas las puertas. Quien la sigue la consigue, dice el refranero
español, y mi experiencia ha sido siempre así.
7. ¿Qué cinco recursos crees que son indispensables para un
estudiante de traducción?
-Ser proactivo, es decir, mostrarse dispuesto a trabajar, a
solucionar problemas, tener iniciativa para resolverle un problema a la
empresa, aun sin que te lo pidan
-Tener un trato agradable y aceptar las críticas
-Dominar la lengua meta (más que la origen) y ser impecable
en la expresión escrita
-Dominar los recursos tecnológicos (programas de
subtitulación, por ejemplo)
-Ser puntual y además entregar el trabajo siempre a tiempo.
8. ¿Qué dificultades conlleva compaginar tu trabajo como
traductor profesional con la docencia?
Muchas, realmente no tengo tiempo apenas de traducir, y me
lo reservo para las vacaciones de Navidad y agosto, porque la docencia en la
universidad, si se quiere hacer bien, exige una dedicación a tiempo completo,
todos los días del año sin excepción.
9. ¿En qué crees que destacamos las nuevas generaciones de
traductores e intérpretes?
Sois mejores en el dominio de la tecnología y programas
informáticos, en saber documentaros rápidamente, en poder traducir textos de
cualquier especialidad (las antiguas generaciones no somos capaces de hacerlo),
y en resolver problemas.
10. ¿Cómo desconectas de tu trabajo?
No desconecto…
Quisimos compartir con vosotros esta entrevista de Chaume
Varela, un catedrático de la Universidad Jaume I, en la comunidad valenciana, que está al cargo del departamento de traducción e interpretación. Nos pareció
pertinente hacer hincapié sobre el punto de vista de un profesional de la
traducción, y además un profesor; para aconsejar los futuros traductores, y
también para tener las impresiones, conocer las dificultades, y saber cómo se
desarrolla el trabajo de un traductor día tras día.
Fuente bibliográfica :
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